viernes, 24 de enero de 2014

Autobuses

 Era uno de esos días largos y tediosos. el termómetro marcaba la gélida firma de 9,5 ºC, a pesar de que el pronostico había anunciado que haría mas de 25.
la calle, implacable, señalaba que ese día también iba a ser intolerable.
En la calle 15, en conexión con la D, había la usual congestión del tráfico. miles y miles de autos, autobuses, motociclistas,  varados sin fin, y formando una larga fila cuan ejercito preparado para la batalla. Todos esperaban poder divisar aunque sea, la avenida Elm, la avenida principal de la ciudad.
en esa gris y monotonamente necesaria rutina, se hallaban dos autobuses, al mismo nivel, casi juntos.
el autobús rojo, de numero 12 A, atestado de pasajeros de traje caros e insinuantes. El autobús verde, de numero de linea 34, lleno de estudiantes universitarios de mirada perdida, quizás pensando en sus estudios, quizás en el peso de sus mochilas y bolsos en sus espaldas y hombros, quizás recordando las largas y añoradas vacaciones que tuvieron.
Llamaba la atención en el 12A un joven . Quizá se pregunten porque llamaba la atención ese simple joven. A diferencia de todos sus compañeros de transporte, quienes tenían los ojos perdidos en el paisaje metálico de los autos, el joven Frederik miraba con ávidos ojos el autobús de al lado, el 34. Sus ojos grises no miraban a todos los pasajeros, o a la triste fachada de todos los edificios, que dispuestos a lo largo de la calle le recordaban a los faros antiguos del mar, cada uno llamando a distinta gente, todos extraños, desconocidos, pero llamándolos con un fin.
miraba a una joven que se hallaba casi, y solo casi, al lado de su ventanilla.
"Es rara- se dijo Frederik-no, no es rara. solo... destaca". E inmediatamente se puso a pensar como se llamaría. "me da la impresión de que se llama romina...o Verónica...tiene mas bien cara de ludmila.", pensó.
admiro su cabello rojizo como el fuego mas rabioso que haya existido, como si ella misma le hubiese robado el precioso fuego a Zeus, solo para embellecer aun mas su divino rostro. leyo sus ojos...y quedo prendido de ellos. ojos verdes, pero oscuros, como los bosques de bretaña n los tiempos de Merlín y Arturo...
aquellos ojos decían mucho. veía en ellos una paciencia admirable, una belleza incomparable, pues brillaban aun en ese día gris, igual que el mundo.
Y pensó que eran los mas hermosos que el hubiese visto jamas. pues si algo brilla y deslumbra en la oscuridad y penumbra, ¿no se convierte en algo infinitamente hermoso, precioso, único en el existir?
Veía mucho en esos ojos. Veía una dominación absoluta de si misma, pero, raramente, veía tristeza.
"¿la habrán dejado?¿traicionado?¿herido?"- se pregunto.
Tristeza...en aquellos ojos se veía, a pesar de su brillo, un vacío profundo, un abismo en el cual se escondían lagrimas de dolor, a modo de una fuente de deseos rotos y olvidados...
y en ese vacío, la tristeza se acumulaba, y se agarraba firmemente del alma de la joven. si la habían traicionado, dejado, o herido, se dijo Frederik, ¿que clase de imbécil lo haría? dejar ese tesoro, ese pelo, esos ojos...
Ojos...como dos soles en el día mas negro, dejando calidez en lo mas recondido de alma humana,y en la suya...ojos, como dos lunas iluminando el bosque que era el mundo, lleno de penas,angustia, tristezas, alegría y dolor...iluminando hasta el mas oscuro corazón.
bajo su mirada a sus labios. no demasiado grandes, ni muy pequeños tampoco. finos. ¿que dirían? quizás, el solo se limitaría a besarlos...o simplemente admirarlos, apreciando el relieve y la hermosura delicada de estos...pero bien sabia que algo hermoso, jamas debe tomar el riesgo de arruinarse, solo debería estar en conjunción con algo similar a su preciosura. pero, ¿exisitiria algo así? el no lo creía.
lenta e inexorablemente, frederik sirvió su corazón al amor, con un mensaje que solo debía leerlo ella, y si la diosa lo juzgaba y veía en el el valor correspondiente...¡que dicha y que alegría! lenta e inexorablemente, frederik se enamoro de la mujer misteriosa, con pelo como fuego divino, ojos peligrosamente hermosos , y boca cálida y delicada como la mas hermosa rosa en el jardín maestro.
pero no era amor basado en lo físico, no.ella era ligeramente provocativa. "provocativa para mi corazón, pensó, puesto que todos creen que provocar esta bien"...
lo que pensaba frederik, sin dudas, era que provocar estaba bien, pero con su limite. pero en el mundo gris y sucio como este, los hombres y mujeres pensaban que se debía ser provocativo como para llamar la atención de alguien que les atrae.
frederik no lo pensaba así.
 -si solo supieran, que no se debe ser provocativo para llamar a alguien..-pensó.
amaba a su extraña no solo por su figura, la amaba por la forma en que ella pestañeaba, por la forma de que se acariciaba el ardiente cabello, por la forma en que miraba el mundo externo, como si supiera que podría quemarlo con el fuego de sus ojos.
el pulso de frederik se acelero aun mas, al imaginarse que el bajaba del 12A, y subia al 34...
le tocaria el hombro, y ella lo miraria, y sabria en ese momento que el era para ella, y ella para el. se irian juntos de esa monotonia triste y agotadora, huyendo de la realidad hacia campos felices de amapolas, quienes les inducirian el dulce y tierno sueño del amor.
el compraria una cabaña en el lejano bosque, cerca del rio, y ella con felicidad, le propondria matrimonio entre risas, antes que el sacara el anillo...
vio mas alla de sus fantasias, en donde ella, le diria que esperaba a un preciado tesoro, su hijo, a quien llamaria Jeremias Mariano, que seria el sol de sus vidas. y mas alla, como si la mano invisible de la fantasia romantica lo llevara volando con su baculo, la imagino de anciana, al lado suyo, donde el tiempo y el destino habrian querido arruinarlos sin exito, ya que ellos, tercos en su amor, se amaban mas que siempre, hasta el dia en que fallecieran juntos, despues para siempre, y por siempre, amandose juntos.
asimismo, la joven del 34, cansada de la gris rutina y de los eternos edificios de cenizas, observo el autobus de junto. llamo su atencion un joven, a quien le parecia que recien habia dejado de mirarla.
-"imaginaciones tuyas claudia. eso te pasa por no deayunar"-se dijo a si misma.
pero siguio observandolo.
joven, con cabello castaño corto, ligeramente despeinado. le dio una gracia sincera y afectuosa, lo cual la hizo sonreir, el hecho  de lo desarreglado de su cabello. eso demostraba que no habia dormido bien la noche anterior.
"¿porque sera?-se pregunto-quizas alguna mujer lo mantuvo en vela... o quiza su familia... o quizas estudia, o lee, o mira las estrellas del infinito buscando sus secretos...
miro fijamente sus ojos. ojos grises, bajo una mirada dura, severa. pero adentro de esos ojos, vio una fragilidad y suavidad que hasta ahora nunca habia conocido. hablaban, aquelos ojos.
decian "tomame, y yo cuidare de ti". asi que decicio indagar un poquito mas, y se adentro por la puerta hermosa de los ojos del extraño, llegando hasta su alma...
firme...y sin embargo, parecia que necesitaba a alguien en que apoyarse. soledad. ya no le cabia alguna duda, no tenia mujer, ni tampoco familia. soledad, el era solitario...como un pilar misterioso que se yergue en las infinitas y embravecidas olas del tempestuoso oceano. erguido en si mismo, mirando hacia el cielo oscuro, aguantando cada golpe de las olas furiosas, pero nuca derrumbandose.
esa alma y en esos ojos grises lo decian todo. eran hermosos, se dijo, decididios, solitarios y firmes. pero ella bien sabia que lo rigido y frime, tiene peligro de quebrarse. por algo es fimr y rigido, si fuera flexible no se romperia.
lenta e inexorablemente, claudia entrego su corazon al amor, con un mensaje que solo el podria leer. y se dio cuenta que lo amaba desde lo profundo de su ser, a el en su totalidad, porque no era solo so, figura, sus ojos y su apariencia. era la forma en que espontaneamente sonreia, trsitemente, pero albergando un apice de esperanza...que ella deseaba alimentar.
el joven, como por arte de magia, la miro un momento. ella bajo rapidamente la vista, ruborizada. miro de soslayo hacia el chico...que habia sonreido.
y sintio que el amor la llevaba lejos, muy lejos de ese mundo mecanico, donde ruedas sucias y negras, angrasadas toalmente con las almas de sus habitantes, giraban siempre con un mismo ritmo. ¿le habia sonreido a ella? deseaba, anhelaba que fuera asi. de pronto, el autobus se desdibujo, y la realidad escapo de sus bellos ojos: el vendria a su autobus, directo hacia ella., aumentandole su ritmo cariaco, y la respiracion de su pecho. caminaria hacia ella, le tenderia la mano, y una sonrisa cautovadora, y se irian lejos de alli, lejos, donde el brazo y la cadena del mundo jamas los encotrarian.vivirian en la playa, cerca del mar, y el la protegeria de todo mal que los acechara, ya que ella era su princesa y el, su caballero.
el la besaria tiernamente, como si el tiempono los afectasen jamas. tiempo despues se casarian, en la misma playa, donde veia ya a su hijo, a quien llamaria mariano jeremias, y los tres, juntos, descalzos, caminarian en las planas y hermosas playas de un oceano ajeno.
cuando el tiempo los tocara, ya ancianos, ella sentiria mas amor que nuca hacia el...su amor seguiria eterno.y cuando dios dispusiese de su hora y momento, los dos se irian, jovenes nuevamente, caminando por esas playas de blanca arena para nunca mas volver...
pero, en ese momento, la congestion del trafico se disolvio, y los dos autobuses se separaron, perdiendose cada uno en un camino diferente.
o no.
tras 30 minutos, frederik bajo en su trabajo. llegaba tarde. pero no le importaba, ya que sentia que su vida habia volado junto a su amada extraña. se quedo, cabizbajo, en la puerta del gris edificio.
tras 30 minutos, claudia bajo e su trabajo; llegaba tarde, tardisimo. pero afligida, sus pensamientos y corazon habian quedado junto a la imagen de su amado y hermoso extraño. camino, trsite, con la cabeza gacha, hacia la puerta de su trabajo.
si se hubiesen fijado...
claudia gchoco de golpe contra alguien. "pero que estupido sera...".empezo a decir. y callo de golpe. enfrente suyo, el amado joven la miraba con la misma sorpresa.y su sopresa se convirtio en una amplia y seductora sonrisa.
y frederik, miro largamente, sonriendole, a su amada hermosa, ruborizada, que le devolvia una sonrisa embargada de dulzura.
- disculpa, fue sin querer- susurro, emocionado, frederik.
- no fue nada, esta bien- se apresuro a deir claudia.
incomodo silencio. pero ya no importaba, ni el trabajo, ni la hora, ni el mecanico mundo gris de ceniza que se cernia sobre ellos. se sonreian mutuamente, y cada uno poseia ya el corazon del otro.
-¿como te llamas?-quiso saber frederik.
-claudia. y vos?-
-frederik.
-¿trabajas aca?
-si
-yo tambien...que raro que no te haya visto nunca.
empeze hace poco,la semana pasada.
-ahhh...¿entramos?
- ¡si, dale!
- ¿a que hora salis?
-a las 7, y vos?
-tambien!....
y los dos sonriendose, exclamaron al unisono: ¿y si tomamos el mismo autobus?

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